viernes, 16 de enero de 2009

La tierra es un planeta sin inteligencia



De pronto, el huaquero se quedó inmóvil dejando atorada su tarea de usurpador. El cielo parecía caerle encima, y anonadado dejó caer la picota. Parecía no haber pasado ni tres segundos cuando de pronto una gran nave aterrizó a sus pies. Ya había oído historias de que esas líneas, sobre las que él se encontraba en ese instante, habían sido mapas y coordenadas que les permitirían a los extraterrestres ubicarse y dar con una pista de aterrizaje que ellos habían construido siglos atrás. Recordó las palabras de su abuelo, cuando él aún era un niño que se asombraba y creía en la magia de sus relatos: "Hace mucho tiempo, sobre esta pampa descendieron unos seres que podían volar. Eran los Viracochas, los dioses llegados del Este, unos hombres buenos que trajeron la paz, la concordia y el progreso. Fueron esos dioses quienes dibujaron las primeras líneas y figuras. Luego, nosotros, los hijos de los Viracochas, seguimos su ejemplo y aprendimos a dibujar en la arena. Ellos lo verán algún día y regresarán." Un sonido psicodélico entró por los orificios de sus oídos mientras observaba una compuerta que se abría, todo parecía un instante cuando de pronto escuchó unas palabras: "Estamos redactando un diccionario galáctico. Dentro de un año regresaremos, tienes la labor de describir a tu raza en 100 palabras". Así como llegaron, se fueron.

El huaquero sorprendido y entregado a tan inmensa labor, se dirigió a Lima y le contó todo al presidente. Washington, como es común, tenía que meter sus narices en donde nunca deben y autoproclamándose la nación más preparada y desarrollada, se adjudicó el poder de cumplir con tan magna misión. Pero del otro lado del Atlántico no se opinaba lo mismo, así que Europa reclamó su derecho a escribir su descripción de la raza humana. Los africanos también querían contar su parte de la historia, a quienes rechazaron inmediatamente, porque su historia, según los gigantes, no enaltece el significado de humanidad. La ONU reclamó su derecho, Coca Cola también; e inclusive el ONE CLUB Creative Hall of Fame, ya que ellos podrían engañar a los extraterrestres vendiéndoles la idea de una humanidad en armonía.

El tiempo transcurría mientras las grandes potencias no hallaban conciliación y las naciones emergentes no tenían derecho a opinión. Se decidió juntar a expertos de todos los campos de las ciencias y humanidades, y obvio, de varias nacionalidades consideradas desarrolladas. Muchos de ellos ni se entendían. El tiempo iba pasando y no se ponían de acuerdo.

Así, como un pestañar, los Viracochas retornaron a la tierra y se encontraron con aquel huaquero de la gran responsabilidad. Cuando le pidieron su descripción de la humanidad, él les dijo que no la llevaba consigo. Los dioses decidieron colocar en el diccionario galáctico: "La tierra es un planeta sin inteligencia".

Así como llegaron, se fueron.



Ahí te ves...

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